Al Arte Paleolítico pertenecen las manifestaciones artísticas más remotas de la humanidad. Fueron creadas por grupos de Homo sapiens, cazadores y recolectores, que tuvieron que enfrentarse a la dureza climática reinante durante la última glaciación cuaternaria.
La Cueva de la Fuente del Trucho, ubicada en el municipio de Colungo, en el Parque Cultural del Río Vero, está situada en el barranco de Arpán, afluente del río Vero, es el único yacimiento conocido en Aragón con pinturas rupestres paleolíticas.
Se trata de un abrigo profundo, en el que la luz del sol penetra de forma indirecta y se utilizó como hábitat temporal durante la caza en los meses menos fríos del año.
Sus paredes contienen pinturas del Paleolítico Superior (las más antiguas en torno al 30.000 a.C. según las últimas investigaciones y dataciones) en negro y rojo, grabados y restos del que fue su lugar de asentamiento. Más de 140 figuras que convierten esta cueva en un gran santuario. Acogen representaciones principalmente de caballos, líneas de puntos, signos abstractos y manos en negativo. Las manos son, junto a los puntos, las representaciones más representativas. Maños de adultos y niños, hombres y mujeres, cerca de una cincuentena, algunas con los dedos mutilados o doblados. Todas ellas en rojo menos un conjunto de tres manos infantiles en negro. En la parte exterior de la cueva un conjunto de grabados representa las figuras de un oso, dos cabezas de caballo y un ciervo. Las sucesivas excavaciones han permitido recuperar diversos instrumentos tallados en sílex y cuarcita, que en conjunto reflejan un uso de la cueva durante el paleolítico medio y todo el paleolítico superior. Entre los restos óseos de animales destacan los de animales salvajes, como cabras, caballos. También se localizó un hogar calefactor con pocos paralelos en la Península Ibérica.
